sábado, 30 de mayo de 2009

De vuelta...

Al final, resulta que el exceso de letras en el organismo puede llevar a un estado cataléptico, y después de tragarme la flojera y demás, regreso a hablar un poco.

Me llevé una sorpresa bastante grande cuando, viniendo a visitar este segundo espacio, descuidado hace mucho por mis múltiples actividades diarias y demás ajetreos de la vida en nuestro cruel pero hermoso planeta, me encuentro con tres comentarios, de dos chicas. Una de ellas me sorprende por lo fácil que engloba a los demás (cito textualmente: "los hombres son 100% superficialidad"), y por la agresividad con la que reacciona. Es... Lamentable. Siento que, si crees que hay un problema, lo atacas, o intentas resolverlo, o lo ignoras. Lo primero, es un impulso básico del humano, el prevalecer por encima de las ideas equivocadas. Lo segundo es más producto de las convicciones y creencias; mientras que lo tercero es simple y llanamente, desinterés y egoísmo. Me preocupa el ver que el solo hecho de tener una iniciativa un tanto desprovista de satisfacción - tanto por lo difícil de la cruzada como por lo insignificante de mis palabras - pueda motivar tan virulentos comentarios. Este "lugarucho", con todas sus "porquerías" es un espacio dedicado a mis ideas, mismas que, de ser posible, me encantaría ayudaran a la gente. Pero soy solo yo, nadie más, ¿qué tiene de malo intentar compartir mis puntos de vista sobre lo que yo creo, está mal? ¿Escribir "porquerías", cuando no me molesto en ir a dejar insultos o siquiera comentarios negativos en otros espacios? Sinceramente, me duele ver esa ferocidad y cerrazón, una serie de insultos sin fundamento y, muy posiblemente, producto de un gran dolor. No puedo compadecer ni tener lástima, eso no va conmigo. Solo expongo cuanto siento, y en lo que concierne al corazón, no hay hipocresías (¿cómo es posible engañarse a sí mismo?) Sin embargo, quisiera platicar más contigo... Siempre y cuando desees platicar, y no que nos ataquemos el uno al otro. De eso, he tenido suficiente, y no solo en este aspecto, sino en toda mi vida. =)

En cuanto a la segunda personita... Su comentario me parece mucho más razonable y, a mi pesar, más motivado por la desesperación que por el autoengaño. Es decir, puedo sentir (por favor, perdóname por hacer tan mías tus palabras, solo intento balbucear lo que sentí al leerlas) esa contradicción de saber qué está tan mal, pero no poder hacer nada para salir. Vivir en el engaño ya no es una opción, has visto lo que es en realidad este entorno; pero, ¿cómo escapar a lo que te asfixia, a lo que hipócritamente condenamos y fomentamos a la vez? Es cierto, este mundo es materialista y muy hipócrita.

Pero no todos tenemos que ser como el mundo nos dicta.

¿Qué sería del arte, de la belleza (sin subjetividad de las épocas, la Luna no necesita ser delgada para ser hermosa), del amor y la honestidad, si no existiera gente que se rebela contra las etiquetas del ser humano y su podredumbre? Es por eso que vengo y digo tantas idioteces, al menos a sus ojos; porque yo no quiero ser otro más, ni hacer como que nada pasa cuando la vida me dice que no es así.

Acomplejada.

¿No es esa cuestión de psicología, más que de dietas y ejercicio?

No lo sé, una vez más conjeturo y pongo mi granito de arena solamente.

Tengo una hermana, menor que yo; no me gustaría verla en este infierno.

...Y tuve una amiga... Y no me gustaría pensar que estoy dejando que otros pierdan a sus seres queridos, mientras yo me siento a leer y pasar la vida como pueda.

Saludos a ambas, y a quienes hayan querido venir a leer un poco de desvaríos... Les invito a que lean un poquito de mi locura, no soy un santo y mucho menos la más cuerda de las personas. Tengo otro pequeño espacio, http://freezemysoul.blogspot.com. Solo les ruego que los comentarios a este respecto, se queden aquí. Si quieren decir algo con respecto a mis letras, sin embargo, todo comentario por bueno o malo que sea, es bienvenido.

Aquí, aunque no les conozca, se les quiere, por el simple hecho de ser chicas, y ser humanas. No soy Jesucristo, pero quisiera aprender a amar como él.

(Y no es cuestión de religión, la Iglesia es tema aparte para mí)